Manuel Mújica Laínez


Manuel Mújica Laínez vino a este mundo en la ciudad de Buenos Aires el 11 de septiembre de 1910, siendo sus padres Manuel Mújica Farias y su madre Lucía Laínez Varela.

El autor de Bomarzo, una de las mejores novelas históricas que se han escrito, en este caso en primera persona y con singulares connotaciones personales que nos resistimos a pensar sean sólo producto de la imaginación literaria, procedía de una familia acomodada que por la rama paterna le inculcó el amor al suelo natal y por la rama materna la atracción por la novelística.

Sus primeros estudios tuvieron lugar en Buenos Aires, que ultimó entre París e Inglaterra, cuando en 1923, su familia marchó al viejo continente, en donde permanecerían dos años.

De regreso a la patria, empieza estudios de Derecho que posteriormente abandonó.

Al ingresar en el periódico La Nación, en 1932, inició una carrera en el mundo de la prensa –finalizada a su jubilación-, lo que le convertiría en un infatigable viajero y ciudadano del mundo, que ya premonitoriamente quedó marcado cuando escribió su primera novela en idioma francés, Louis XVII, y que dedicara a su padre.

Su carrera literaria fue consolidándose a través de los años. En 1936, año en el que se casa con Ana de Alvar Ortiz Basualdo, ve publicada sus Glosas Castellanas y más tarde Don Galaz de Buenos Aires, a esto seguirán biografías familiares que ya revelan en él a un ameno escritor en uno de los géneros más difíciles, luego cuentos, Aquí vivieron, Misteriosa Buenos Aires, a continuación novelas, Los ídolos, La casa, Los viajeros, Invitados en el Paraíso.

En el entretanto ha sido crítico de arte en La Nación, secretario del Museo de Arte Decorativo y Director de Relaciones Culturales, miembro de la Academia Argentina de Letras y Académico de Bellas Artes.

En 1955 se le concede el Gran Premio de Honor de la Sade por su novela La casa.

Ahora bien, en la literatura de Mújica Laínez existe un antes y un después y el punto intermedio se titula Bomarzo, que abre su etapa de novela histórica situada en el Renacimiento italiano y que es una joya de buen hacer, documentación e inspiración, y que además fue galardonada con el primer Premio Nacional de Literatura argentino.

(Recomiendo la lectura de esta novela, verdaderamente maravillosa y con una connotación mágica que no pienso revelar en beneficio del lector; la dedicatoria del libro es de lo más indicativa).

Fue tanto el éxito de Bomarzo que incluso el maestro Alberto Ginastera compuso la música, escribiendo el libreto el propio Mújica Laínez. El estreno de la ópera tuvo lugar en 1976 en Washington y prohibida en Argentina.

A Bomarzo seguirían, dentro de la misma línea, El unicornio, El laberinto, De milagros y melancolías, El viaje de los siete demonios, y El escarabajo.

Los últimos 15 años de su vida los pasó en Cruz Chica en una antigua mansión colonial, circundada por un parque impresionante llamada El Paraíso.

Estos años fueron sumamente prolíficos en lo literario, lo que no le impidió continuar viajando por todo el mundo.

En 1982 le fue otorgada la Cruz de Caballero de la Legión de Francia, y poco antes de morir le fue concedido en Buenos Aires el título de Ciudadano Ilustre de la ciudad.

Falleció el día 21 de abril de 1984 en su casona de El Paraíso, rodeado de su familia.

Manuel Mújica Laínez –traductor también, marcándole bastante Marcel Proust y Virginia Wolf, por más que su estilo fuese siempre por completo personal-, fue un gran escritor, lamentablemente muy poco conocido en España, autor que no ha gozado de la popularidad de otros en nuestro país, cuando su obra supera y aventaja con mucho a la de los más destacados novelistas latinoamericanos. Es de esperar que, en el futuro, se corrija esta flagrante omisión, ya que leerle constituye todo un placer estético que no se opone a la intriga de sus argumentos.

 
 

© 2004 Estrella Cardona Gamio

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